La felicidad es
el estado emocional de una persona feliz; es la sensación de bienestar y
realización que experimentamos cuando alcanzamos nuestras metas, deseos y
propósitos; es un momento duradero de satisfacción, donde no hay necesidades
que apremien, ni sufrimientos que atormenten.
La
felicidad es una condición subjetiva y relativa como tal, no existen
requisitos objetivos para ser felices, ser feliz significa encontrarse en
un estado mental de bienestar compuesto de emociones
positivas, desde la alegría hasta el placer. El concepto de la
felicidad es difuso y su significado puede variar para distintas personas y
culturas. Términos relacionados son bienestar, calidad de
vida, satisfacción y plenitud.
En la actualidad
y debido a la gran cantidad de infelicidad que existe con el desarrollo del
mundo moderno, la ciencia que estudia la felicidad ha cobrado una gran
importancia porque ¿a quién no le gustaría ser feliz?
Desde el origen
de los tiempos filósofos, líderes religiosos, escritores y famosos pensadores
como Aristóteles se han hecho esta pregunta, a la cual han
intentado dar respuesta. Para éste la felicidad tenía dos aspectos: la Hedonia
(placer) y la eudaimonia (una vida vivida).
Una forma
interesante de entender mejor el concepto de felicidad es observar qué decían
sobre ella los filósofos y sabios antiguos y algo más modernos.
Cómo decía el filósofo
griego Aristóteles, “todos estamos de acuerdo con que queremos ser
felices”. Sin embargo, en muchas ocasiones, el camino para alcanzar esa máxima
se nubla o se vuelve impracticable. Más aún cuando uno no se permite ser feliz
en su cuerpo, con sus propias circunstancias, contexto y realidades personales.
Hay personas que no realizan sus sueños porque piensan que dejarán de ser
aceptadas en sus núcleos familiares, laborales o sociales.
Como podrás ver,
hay numerosas definiciones y opiniones de lo que es este concepto. Algunos
piensan que depende de uno mismo, otros que no hace falta mucho para ser feliz,
otros que dependen del deseo, otros que con sabiduría se es feliz.
Uno de los grandes
dilemas a los que se enfrenta una persona en su cotidianidad en el camino
hacia la felicidad es dilucidar cuándo se está siendo demasiado exigente
consigo mismo o, por el contrario, esa misma exigencia le está privando de ver
todo lo bueno que ha alcanzado en su vida. El punto de inflexión está en la
conciencia; esto es, si yo estoy siendo el ser que puedo ser, porque
muchas veces no somos capaces de ver todo el potencial que tenemos.
Otras, la exigencia es
tan alta que nos distorsionamos y nos obligamos a alcanzar cosas a las que
nosotros mismos sabemos que no podemos llegar” para quien la lógica es
dar siempre lo mejor de uno. “Y solo yo puedo conocer mis capacidades”.
Ser feliz no siempre se
trata de lo que haces de hecho muy a menudo se trata de lo que dejas de hacer. Si
no te sientes feliz con tu vida, bien sea personal o profesional, el
problema no es tu educación, la falta de oportunidades, las actitudes de
otras personas, o incluso la mala suerte. “Si te sientes infeliz, el
problema eres tú”
El 50% de la felicidad
se determina por los rasgos de tu personalidad, los cuales son en gran parte
heredados, el otro 50% de cómo ser
feliz está determinado por factores sobre los cuales tú tienes el control:
tu salud, tu carrera, tus relaciones y sus intereses, tu propósito de
vida y aquello que persigues.
Es por esto que, si te
sientes infeliz, está en tus manos poder esta poder cambiarlo siente lo bonito
que es ser feliz la única estrategia para ser feliz con uno mismo es establecer
qué es lo que uno quiere y “comenzar a ser lo que verdaderamente somos”
“Recuerda
tu felicidad no puede depender de nadie, solo tú tienes la llave de tu
felicidad”
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Julissa
Gómez, M.A
Psicóloga
Asi es
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