Autoestima es la valoración,
percepción o juicio positivo o negativo que una persona hace de sí misma en
función de la evaluación de sus pensamientos, sentimientos y experiencias. Es
un término de Psicología estudiado por diversos expertos en el área, sin
embargo, se utiliza en el habla cotidiana para referirse, de un modo general,
al valor que una persona se da a sí misma.
Como hemos comentado,
la autoestima necesita ser alimentada, en grados diversos, desde el exterior.
Aunque las bases se construyen durante la infancia, la autoestima no es
inalterable en otras etapas de la vida.
Es importante destacar
que no es lo mismo autoestima que la autoconfianza. La autoconfianza (también
llamada autoeficacia) está relacionada con los objetivos y metas específicas
que nos proponemos, mientras que la autoestima se refiere a la valoración global
que hacemos de nosotros mismos.
La autoestima
está relacionada con la autoimagen, que es el concepto que se tiene de uno
propio, y con la autoaceptación, que se trata del reconocimiento propio de las
cualidades y los defectos.
La forma en que
una persona se valora está influenciada en muchas ocasiones por los agentes
externos o el contexto en el que se encuentra el individuo, por ello puede
cambiar a lo largo del tiempo.
En este sentido,
la autoestima puede aumentar o disminuir a partir de situaciones emocionales,
familiares, sociales o laborales, incluso, por nuestra autocrítica positiva o
negativa.
Hay
4 tipos de autoestima
ü Autoestima
alta y estable
ü Autoestima
alta e inestable
ü Autoestima
baja y estable
ü Autoestima
baja e inestable
Autoestima
alta y estable:
Las circunstancias
externas y los acontecimientos de vida tienen poca influencia sobre la
autoestima. Las personas con este tipo de autoestima se desenvuelven de
manera abierta ya que no necesitan defender su imagen, se defiende sola.
Además, la persona es capaz de defender su punto de vista sin desestabilizarse.
Autoestima
alta e inestable:
Las personas con este
tipo de autoestima, tienen una elevada autoestima pero son incapaces de
mantenerla constante. Los contextos competitivos pueden tener un efecto
desestabilizador. Responden con actitud crítica ante el fracaso, ya que
estos son percibidos como amenazas. El individuo mostrará convicción al
defender su punto de vista, pero no aceptará otros puntos de vista y tenderá a
monopolizar la palabra en una discusión.
La inestabilidad de la
autoestima conduce a situar la autoestima como preocupación central y exige
preservarla a cualquier precio y apelar a una actitud agresiva (para
promoverla) o bien pasiva (para protegerla).
Autoestima baja y estable
En los casos en
los que hay una autoestima baja y estable, los eventos externos (sean
favorables o no) no alteran la autoestima del sujeto, que no se esfuerza por
promover su imagen personal y se infravalora.
Los individuos
con este tipo de autoestima son indecisos y tienen un gran temor a equivocarse.
Estas personas no defienden sus puntos de vista ya que la valoración de sí
mismos es siempre negativa, creen que no están a la altura.
Este tipo de
autoestima es muy frecuente en personas con tendencias depresivas, que a causa
de su mentalidad pesimista no suelen percibir sus logros personales como tal,
asumiendo que son fruto de la suerte o la casualidad.
Autoestima baja e inestable
Las personas con este tipo de autoestima suelen ser sensibles e influenciables por eventos externos. En cuanto se enfrentan a un evento exitoso, su autoestima sube, pero en cuanto termina la euforia del momento, su nivel de autoestima vuelve a bajar.
Es decir, que este tipo de autoestima está definido por su falta de seguridad y la inestabilidad que presenta, la cual hace que se altamente sensible a todo tipo de eventos, por irrelevantes que puedan parecer desde un punto de vista racional.
Ciertas clases de personas narcisistas, por ejemplo, se caracterizan entre otras cosas por tener una autoestima baja y muy dependiente de la opinión que perciben de los demás.
La autoestima en los
adolescentes determinará su calidad de vida en la edad adulta. Este músculo
psicológico erige una raíz primordial en el carácter del joven en esa etapa de
cambios, de desafíos y dificultades donde necesitará sin duda, no solo de todo
nuestro apoyo. Sino de un apoyo inteligente, sensible y validador donde servir
de ayuda y no actuar como un muro que veta.
La adolescencia es un
período de complejo, lo sabemos. Una etapa del desarrollo evolutivo donde
asentar identidades, valores, autoconceptos,
de ahí la necesidad de experimentar, conocer y posicionarse en diversos
roles. Por eso, es especialmente importante que la autoestima en los
adolescentes sea alta, fuerte y saludable. «La adolescencia es un nuevo
nacimiento, ya que con ella nacen rasgos humanos más completos y más altos» (G.
Stanley Hall)
Por
otra parte cabe destacar que podemos
ayudar a nuestros adolescentes ya que la autoestima
en la adolescencia va cambiando y suele disminuir durante la juventud, es
habitual que los jóvenes presenten problemas de autoestima. Existe un periodo
de crecimiento y desarrollo personal en el que el grupo de iguales, la familia
y los medios de comunicación ejercen una fuerte influencia en la valoración
propia de cada individuo, el adolescente necesita buscar nuevas emociones,
probar diferentes estilos de vestuario, música y amistades. Está en la edad de
experimentar y de sentir que es él quien decide. No se trata únicamente del
valor que se le da a la apariencia física, sino también a las propias
capacidades y habilidades, como, por ejemplo, deportivas, intelectuales,
sociales, comunicativa entre otras.
Las expectativas de los demás, las comparaciones y los referentes personales pueden ejercer una fuerte presión y generar inseguridades en el adolescente en esta época de cambios. La anorexia y la bulimia, por ejemplo, están relacionadas con la imagen y al valor que una persona se da.
La
autoestima en los adolescentes experimenta diferencias en cuanto al género:
ü Las
chicas suelen tenerlo menor y más vulnerable. Les preocupa enormemente su
apariencia física, el éxito social y su rendimiento académico.
ü La
autoestima de los chicos se rige más por la dificultad de cumplir el
estereotipo de hombre como tipo seguro de sí mismo, duro e intrépido.
Los adolescentes creen
que su aspecto físico es crucial para su felicidad, piensa que para alcanzar
sus objetivos debe ser aceptado por su entorno y en esto también incluye su
aspecto.
Cabe destacar que
aunque la autoestima cuando son adolescentes cambia, la autoestima se va forjando
desde el nacimiento al igual que el autoconcepto. Es a su vez, fruto de la
interacción de distintos factores:
ü Factor
genético (temperamento)
ü Factores
ambientales (personales, sociales y culturales).
Todos ellos se van asimilando e interiorizando a medida que vamos creciendo. Esta valoración de uno mismo puede ir variando con la edad, a lo largo de la vida ya que la misma está muy ligada a la sociedad en la que naces y vives, el autoestima infantil es el periodo más delicado desde el nacimiento el sentirte querido y protegido por tus padres hará que te sientas como alguien importante y valioso.
Algunos
consejos para empezar a mejorar tu autoestima
ü Empieza
a pensar en aspectos positivos. Cada día anota tres cosas sobre ti que te hagan
feliz.
ü Realiza
tus objetivos. No intentes lograr la perfección.
ü Los
errores forman parte del aprendizaje. Nadie es perfecto.
ü Prueba
actividades nuevas y que te hagan sentir satisfechas(os) con lo que está
realizando.
ü Si
algo no te hace feliz y puedes cambiarlo, empieza ya.
ü Si
hay algo que no puedes cambiar (como tu altura), empieza a quererte tal y como
eres.
ü Fíjate
metas. Sigue un plan y anota tus progresos.
ü Siéntete
orgulloso de tus opiniones e ideas. No tengas miedo de decirlas.
ü Colabora
con los demás.
ü Haz
ejercicio, deporte. Quitarás estrés y estarás más sano y más feliz.
ü Pásatelo
bien. Haz cosas que te gustan con amigos.
A veces los problemas
de baja autoestima no se pueden superar sin ayuda si tienes la sensación de que
tu autoestima está repercutiendo negativamente sobre tu vida, pide ayuda.
Necesitas que te ayuden a ver con objetividad y dar positividad a tus
habilidades y capacidades. Habla con tus padres u otro adulto con quien tengas
una relación de amistad o en quien confíes, una persona que te apoye.
Consejo
para los padres que nos siguen en este blog de PSICO-AYUDA
¿Qué pueden hacer los padres en momentos que sus
hijos necesiten ayuda en caso como estos?
ü Demostrarles
afecto, elogiarlos, abrazarlos.
ü Escucharlos
sin juzgarlos. Prestarles atención cuando lo necesitan.
ü Mostrarles
las alternativas a un problema y dejar que tomen sus decisiones, siempre y
cuando pensando en el bienestar de sus hijos y tomando en cuenta su edad.
ü Mantener
un clima de relaciones positivas en la familia.
ü Ser claros en los valores y las normas.
Respetar su forma de hacer las cosas.
ü Respetar sus puntos de vista y opiniones
aunque no se compartan.
ü Respetar
sus pertenencias y objetos aunque aparentemente carezcan de valor.
ü Ayudarlos
a proponerse objetivos personales y a conseguirlos.
ü Explicarles
que no siempre se gana y que hay que saber perder o conformarse.
Si no conoces a nadie que te pueda ayudar, déjanos un
mensaje privado que aquí en PSICO-AYUDA estamos para ayudarte.
Amigos,
profesores, películas, redes sociales influyen en las ideas que tenías sobre ti
mismo.
Frase
Cuando
recuperes o descubras algo que alimenta tu alma y te trae alegría, encárgate de
quererte lo suficiente y hazle un espacio en tu vida (Jean Shinoda Bolen)
Gracias, siempre a sus órdenes…
Julissa Gómez
Psicóloga
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